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miércoles, 14 de marzo de 2018

Eme


Después de escuchar cascabeles de serpientes antes de llegar,
después de pasar por encima de alfombras que cubrían agujeros negros, 
después de envolverme en toallas calentitas tras la tormenta, 
después de sacarme una a una las espinas de sal, 
un día tras otro, ella siempre seguirá
al pie del cañón con la mecha encendida 
y a punto de explotar. 

Y si llueve bajará, y si hace sol se tumbará 
a tu lado a reír y a escuchar. 
Si te la cruzas, tu estela guiará,
sembrará tus dunas de flores y quizá
si tienes suerte te invite a una cerveza o un par,
y si eres su persona a tu lado permanecerá
como las agujas del tiempo y nada le importará más 
que hacerte entrar en calor cuando solo puedes tiritar. 

Y es que no lo puede evitar, es ángel,
es duende, es mitad.
Ojalá supieras que ella es real, 
que está aquí a solo un paso.  
Ojalá tu también tengas el regalo 
que un día, hace muchos años
sobre unos patines, pude encontrar.


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