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domingo, 14 de agosto de 2011

QUERER ES CAER.

Todo el mundo lo dice, que el que la sigue la consigue, que cuatro ojos ven más que dos, y que mejor pájaro en mano que ciento volando. También se dice que querer es poder. Falso. Mentira. En este caso, querer es caer.
Tu quieres, pero no puedes. Hacerlo significa cagarla, pero aguantar significa subir. Yo, que lo tengo más fácil que tú, lo estoy haciendo peor. Perdóname, pero es algo que hago sin pensar. La culpa la tiene volver cada año...otra vez..              El calor, el suelo y el sol son nuestros.   Cuando estamos allí, todo es diferente, es una burbuja que nos aleja de Madrid. Y pensamos por dos. Da igual lo de fuera, la burbuja nos cruza los cables, nos cambia los polos magnéticos para que vuelva la atracción. NORTE-SUR. Y de repente todo va al revés, igual que el verano anterior. Y no sé tú, pero en algunos rincones me acuerdo de...   




Este verano de locos nos ha vuelto a juntar en el mismo sitio, y lo que se veía venir, no ha vuelto a pasar.  
¿Quién lo diría?
Tú me has hecho pensar:
¿BIEN, O MAL? No lo sé.
Pero tú y yo sabemos que nos miramos y flotan palabras en el aire; son solo dos segundos, (2) pero parecen dos horas de conversación en nuestro idioma sin palabras.
Ya puede haber 100 personas bailando que te encontraré, y si me miras te aseguro que lo notaré.


N-O P-O-D-E-M-O-S compartir ni 1 metro cuadrado sin mordernos la lengua y tirarnos los trastos a la cabeza. Esta comprobado que para que hablemos tú y yo, además es necesario que uno de los dos ponga  la  mirada al frente.
Sí, miramos al frente por si las moscas nos obligan a darnos la espalda.

Ojalá que todo te vaya bonito, volveremos a vernos.
¿Cuándo? La mejor estación del año nos juntará.
Estamos destinados a crecer en los días más largos del año.
Ojalá la carretera, que ahora me quema, nos traiga otra vez 
sol de piscina, pueblo, nidos de cigüeña, estrellas, bicis, coronas, flamenco, helados, películas, noche, tensión, música, huertos, alcohol,
 miradas, mus, mensajes, hierba, crema solar, agua y luna llena.


-.Los veranos eran nuestros y basta.-
Que corra el RON y acuérdate de mi. Que los diamantes vienen de antes.
Que sí, que vale que hasta dentro de un año NO nos volvamos a ver, pero ya sabes lo que pienso, y sabes que no lo puedo evitar. 
No como tú, que te crees que por esquivarme a mí esquivas el problema. ERROR.


Acuérdate, de que desde que me protegiste un poquito yo me fijé en ti. 
No me importa lo que no hagas bien, yo te ayudaré si te sale mal.

Acuérdate del abrazo en el puente, de los cometas de San Lorenzo, de los guiños, de los pantalones amarillos, de que me conoces bien, de que somos unos INCÍVICOS, de que hablabas y yo me lo creía, de que siempre me convencías. ¿Y yo?
Yo, que soy tonta, sigo cayendo igual que antes caía.














viernes, 5 de agosto de 2011

100 días

Casi han pasado 100 días desde la última vez que vine por aquí,
y en todo este tiempo las cosas han cambiado a más no poder.

Se acabaron las clases, se acabaron los días fríos y llegó el rico verano!
Días y días de sol, playa, helados, y crema Nivea de factor 15.
Apetecible se mire por donde se mire...

El 4 de julio aterricé en Irlanda, con 120 grandísimas personas que me dieron lo mejor de sí mismas durante 21 días. Ojalá me hubiese quedado todo el vernao. Les echo de menos a morir.
Sobre todo a una persona, la número 121.

121 emepezó sacándome de mis casillas y casi cinco años de edad.
Me miraba a veces y no sabía ni mi nombre.
De repente un día se lo aprendió, hablamos de todo un poco. Cada vez con más frecuencia.
Él me dejaba su sudadera y yo corría por encima de la lona de la piscina mojándome los pies.
Empezó a mirarme más, más de una vez le he cazado haciéndolo. Hablar? Muchísimo, de cualquier cosa y en cualquier sitio...un bosque, un campo de voley... daba igual.
 A mí me sobraban excusas.
A él no lo sé.
Creo que nunca lo sabré, porque todas las cosas que dijo y que tengo grabadas en mi cabeza no sé cómo tomarmelas...¿pero qué más da?
Jugamos, nos lo pasamos bien, y eso es lo que cuenta.
Sé que algún día volveré a verle, ¿dónde? no lo sé, ni tampoco cuándo, pero pasará.
 Y puede que sólo haya sido una distracción, pero maaaadre mía qué distracción! ,
 me ha borrado al innombrable del todo.
Ya no me gusta estar con él, ya no me interesan las niñas con las que duerme a veces.
Que se vaya si quiere, que yo no voy a correr detrás.
Que vale que haya cambiado mi vida durante....casi 6 años,
pero 121 vale mucho más que él, y eso no lo podrá cambiar nunca.