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jueves, 8 de noviembre de 2018

Tengo el corazón escuchando

Me oigo a lo lejos como un murmullo lejano.
Tranquila que ya te he visto.
Tranquila que te voy a dejar salir.

Estás en las vísceras donde naciste 
y te remueves y acabas de despertar 
y yo te he escuchado rugir 
y ya no puedo ni quiero callarte.

Has saltado desde el tejado
y puedes y sabes flotar, levitar.
Qué maravilla tenerte, mirarte.

Qué injusto sería apagarte
qué locura no invitarte a la fiesta.
Qué manía tienes de romperte 
y de romperme la cabeza.

Haremos equilibrios sobre el papel
buscando el epicentro, el metal.
Dividiendo aquello que sume, 
buceando al fondo del mar.

Que ya no puedo ni quiero callarte.