+ ¿Estás segura?
- Sí, nunca lo he tenido tan claro.
Rueda, juega, besa, vuela.
Apártame el pelo de la cara y bucea en mis ojos como yo buceo en los tuyos. Rózame el cuello con la mano derecha, mientras que con la izquierda apagas la luz. Las ganas a flor de piel, piel de gallina cuando te acercas. No digas nada, que las palabras sobran ahora mismo... no digas nada que quiero oírte respirar. No digas nada y dímelo todo con esa sonrisa que tienes y que me pone los pelos de punta.
Si esto fuera una película cerca del minuto 33, justo después de los anuncios, el chico le diría a la chica que es la más guapa del barrio, de la ciudad y de todo el continente americano. Que todas las noches sueña con ella y que en último partido le dedicó el gol del empate. Que su nombre le va a juego con sus ojos, que su pelo huele maravillosamente bien a limón y que no se imagina ese momento con otra que no sea ella. El chico le diría a la chica que la quiere.
Pero ni esto es una película, ni mi nombre me va a juego con los ojos. Esto es real, tan real como que puedo decir en voz alta que nunca me he imaginado este momento con otro que no seas tú.
Y como esto es eso, real, es la chica la que le dice al chico justo antes de darle su premio y en un susurro muy bajito... que le quiere.