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domingo, 15 de enero de 2012

Mis fantasmas siempre vuelven.

Que cierren para siempre la calle del olvido,
que te metan en ella para nunca verte.
Que no te vaya bonito, que te vaya de muerte.
***
Yo también quiero que, por fin, el tiempo borre las heridas, 
y tus fantasmas nunca más vuelvan a verme.. 
perderé el tiempo que haga falta en esta despedida, 
porque siempre estaremos unidos por la misma gente.
 Que me sonría la suerte, y te vaya de muerte.

Champán, chalet, limousinas, Marlboro, pintauñas y un café. 
Que se te atragante tu luna de miel.

Caviar, Chanel, Blackberry y Mademoiselle.
Flipante quién nos ha visto y quién nos ve.

Que se pudran todos tus deseos, tus espectativas, tus recuerdos.
Que no se cumpla lo que sueñas, y si es posible que te salgan los planes al revés.
Que nunca tengas primaveras, y sobre todo, que nunca tengas veranos, ni playa, ni viaje a Irlanda, ni amaneceres sobre la arena, ni ángeles, ni helados, ni sol de Agosto.

Que se te apaguen los besos, que no se enciendan nunca más, 
que TÚ no te enciendas con nadie nunca más. 

Que lo pases mal, mal, mal, mal, mal, mal, mal, mal, fatal.
Y que como a mí, te duela, te queme, y te reviente.

Que te lleven los demonios fuera de mi cabeza.



La verdadera letra no dice todo eso, es más corta, y rima. Es preciosa.
Ahí arriba está puesto lo que se puede leer entre líneas, lo que no se aprecia bien. 
Es un mensaje sarcástico, todo son cosas malas, deseos oscuros, un par de velas negras... todo se sobra, apesta a mala suerte y a resentimiento.
¿Se puede desear todo eso a una persona? ¿Tantas cosas malas juntas? ¿Es eso lo que piensan mis fantasmas cuando nos reencontramos después de un tiempo sin vernos?
No lo sé, cada fantasma es un mundo. Algunos son buenos, otros no, pero todos se pueden contar con los dedos de la mano derecha. En su día importaron, y mucho. 
Pero ahora solo son sombras que se esconden en una esquina y esperan a que te duermas para soltarte un ...

''te invito a comer mañana''
''me alegro de que te vaya bien'' 
''te echo de menos, pequeña''

Son sólo eso, niebla. Niebla que no te deja ver tu presente y te retiene en el pasado. Cada dos pasos te frena. Cuanto más quieres alejarte, más densa se vuelve. Y al final te ves dando vueltas en una nube de fantasmas, recuerdos, broncas y agua pasada que no te deja avanzar. Los fantasmas te envuelven y te susurran que les hagas caso, que les escuches. Y cuando pones la oreja para ver lo que dice te das cuenta de que sólo saben  desearte cosas feas, como que se te atragante tu luna de miel. 
Ellos, expertos en segundas intenciones y mensajes ocultos, te desean que te mueras, y te lo dicen de forma tan dulce, que si no buceas en sus palabras ni lo oyes. 
¿Y tú contestas? ¿Les dices...oh sí, muchas gracias? 
No. Tú te callas y esperas a que se vayan. ssssshh.

Y es que los fantasmas son como los asesinos, que vuelven a la escena del crimen a recoger el arma homicida.
Sólo que los fantasmas vuelven buscando aquello que, en vez de matar...
... les hace sentirse vivos.

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