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jueves, 1 de septiembre de 2011

Cuando EL-ARTE no es joderse de frío

Castañuelas y gitanas.

Claveles y volantes.
Abanicos y romería.

Andalucía.

Existe un lugar en el mundo donde la gente se ríe más de lo habitual, donde el gazpacho sabe mejor y donde los caballos corren por la arena dorada. En ese lugar tan alegre, el sol se pone muy tarde, hacia la medianoche, pero la luna no se va hasta mañana por la mañana. El aire huele a rocío y las niñas morenas bailan y cantan con el alma subidas a un tablao flamenco. Hace calor, sí, pero un abanico lo puede arreglar.
Sí nunca has estado allí, no sabes lo que te pierdes.
Si alguna vez estuviste, sabrás de sobra que si le eshas una mihita de sal y los avios ar pushero, y si le dá un bushito, te librará de un babushaso y una soleá ante de arrancarte por bulería..


Que el salero que tiene esta gente es sobrenatural, increíblemente envidiable.
Que les escuchas hablar, les ves bailando sevillanas y dices...
OLE, ojalá yo lo hiciera la mitad de bien que tú.
Que 17 años veraneando en mi Huelva, quieras que no, te dejan una huella muy dentro., y entonces te das cuenta de que EL-ARTE no es joderse de frío. 





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