La quiero. Desde el primer día que estuvimos juntas, hace ya... 12 años y medio.
La quiero tanto que no se cómo he podido jugármela a la ligera,
y sí, me siento culpable porque la mitad de la culpa es MÍA.
Se llama como yo, Irene, y vive en el piso de abajo; tal vez es coincidencia,
tal vez es una señal.
Sí, yo creo que alguien la puso ahí, debajo, para que cuando yo me tropezara con mis propios pies, ella estuviese ahí para cogerme. Que sí, que es una señal, pero no una de esas de STOP,
o de PROHIBIDO ADELANTAR, no, ella es mucho mejor:
Es un puesto de socorro,
alguien a quien acudir en caso de accidente de tráfico..o de cualquier tipo.
Es valiente, sencilla pero muy complicada si no se la entiende, capaz;
madura cuando tiene que serlo, y niña solo a veces, como todo el mundo.
Puede llegar a ser muuuuy cabezona, pero también muy divertida :)
Generalmente, hace bastante el idiota (MENOS MAL, SINO ME HABRÍA MUDADO HACE TIEMPO)
se enfurruña, me regaña cuando tiene que hacerlo y a veces tiene miedo.
Pero lo mejor de todo: me ha perdonado.
Yo me he portado mal, y ella, aun así, ha tragado y me ha dado un abrazo de los suyos, diciendo:
-Ire, no pasa nada, lo hecho hecho está.
¿Y yo? nada, nada de nada.
¿Qué contestas cuando alguien te perdona aún sabiendo que a lo mejor no debería hacerlo?
Te quiero, es lo único que se me ocurre.
¿Te he dicho antes cuánto me fascina tu locura, y la manera en que ésta imprime carisma a todo cuanto tienes que decir?
ResponderEliminarSaludos.
Muchas gracias :)
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